La mente selecciona, exagera, traiciona, los acontecimientos se esfuman, las personas se olvidan y al final sólo queda el trayecto del alma, esos escasos momentos de revelación del espíritu.
No interesa lo que me pasó, sino las cicatrices que me marcan y distinguen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola :D